Magglio Ordóñez lo pensó mucho, más incluso de lo que anticipó.
El slugger, que a mediados de marzo prometió retirarse si no conseguía un trabajo en las grandes ligas "a más tardar en dos semanas", sopesó la decisión casi dos meses después. Pero es un hecho. No jugará más beisbol profesional.
"Con todo respeto por quienes juegan allí, no quiero ir a las menores", explicó el nativo de Coro, cuando asomó que su retiro era prácticamente un hecho. "Son 15 años en las grandes ligas. No voy a rogar para que me firmen".
Ordóñez deja atrás una lustrosa carrera, de las más sobresalientes para venezolano alguno.
El toletero de 38 años de edad figura entre los cinco mejores criollos en la mayoría de los departamentos ofensivos de las mayores: bateo (segundo, con .309), promedio de embasado (cuarto, con .369), slugging (tercero, con .502), OPS (cuarto, con .871), jonrones (segundo, con 294), dobles (cuarto, con 426), anotadas (quinto, con 1.076) y bases alcanzadas (cuarto, con 3.506).
Ordóñez, que también dio 2.156 hits, sexto entre sus compatriotas, fue seleccionado seis veces para el Juego de Estrellas, fue el campeón bate de la Liga Americana y segundo en la votación al Jugador Más Valioso en 2007, su mejor temporada.
Las lesiones impidieron que el ex jugador de los Medias Blancas y los Tigres completara un currículo digno de Cooperstown. Sólo disputó 52 juegos en 2004, debido a una cirugía en una rodilla; perdió exactamente media campaña en 2005, al sufrir diverticulitis; volvió a ausentarse por casi medio torneo en 2010, al fracturarse un tobillo, y faltó a la recta final de 2011 al reincidir en la fractura.
Los problemas físicos le llevaron a perder cerca de 300 partidos, unos dos campeonatos completos. Y el último percance precipitó su adiós.
"El año pasado mi cuerpo no respondía como antes, por causa de la lesión", admitió. "Ya son dos fracturas en el mismo sitio y el tobillo necesita tiempo para consolidarse. Los médicos me han dicho que la segunda fractura ocurrió porque no hubo tiempo suficiente para que el tobillo se fortaleciera.
Y me han dicho que una tercera podría llevar a que tengan que ponerme una prótesis, lo que sería muy delicado".
Ordóñez nunca fue un prospecto, mientras crecía en las menores. Se despide como un grande.
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