José Antonio Dávila también participará en la muestra para conmemorar el 4−F

jueves, 12 de enero de 2012

El maestro José Antonio Dávila participará en la exposición que organiza la Galería de Arte Nacional (GAN) para conmemorar la rebelión militar del 4 de febrero de 1992. A esta exhibición se sumarán las obras de Régulo Pérez, Manuel Quintana Castillo, Saúl Huerta y Ender Cepeda, entre otras y otros. "La participación será con obras que actualmente están en los museos nacionales", subrayó el artista, quien compartió con el Correo del Orinoco una conversación en su taller, ubicado en los Altos Mirandinos. Dávila ofreció cinco cuadros para esta exhibición. El maestro compartirá con el pueblo venezolano piezas como La familia, óleo sobre tela de gran formato que muestra la precaria situación económica en los barrios de la época (los años 60 y 70). "Es una exaltación", dijo, sobre esta pintura que expone las condiciones de vida de un grupo familiar en los cerros de Caracas. Enseña a "la mujer que pasa con una pimpina de agua; se ve el padre sentado a la mesa con los platos vacíos. Está abrazando a su hijo con un ejemplar de Tribuna Popular clandestina y bajo la bandera de Venezuela hay un retrato de Stalin que no se ve". Otras creaciones que ha ofrecido para esta muestra conmemorativa del 4−F son las telas Salida del Nuevo Circo (1953), que recrea un mitin popular en apoyo a Mario Briceño Iragorry; El Coro (1963) y En un calabozo de la cárcel de El Obispo (1953) muestran todo un anecdotario artístico en el que se evidencia la lucha popular por la libertad en tiempos de dura represión. El Coro "relata las reuniones que teníamos los presos políticos". En el cuadro se observa a una multitud que escucha las indicaciones del líder Guillermo García Ponce, quien aparece como director de esta particular congregación. LA SAL DE ARAYA "Dondequiera estaba con mi libreta dibujando", admitió el artista, quien quería plasmar en su obra la vida cotidiana. "Me interesó mucho el tema de los obreros de la sal", y para ello realizó observaciones en Araya, estado Sucre. "Me llevaba el guache, un cuaderno e hice un cuadro grande". Esa pieza es La sal, obra con la que inició su trayectoria en los temas relativos a los trabajadores. "Empecé a tomar apuntes en trabajos de construcción en Margarita", sitio al que acudió para la fundación de la Escuela de Arte de La Asunción. "Me entusiasmé con ese tema y lo trabaje por mucho tiempo", agrego. VISTA A LA INSURGENCIA "He visto cierto paralelismo entre la primera Revolución del siglo XX; la bolchevique de octubre, en 1917; y en el siglo XXI con la primera Revolución que se inició el 27 de febrero de 1989", explicó el entrevistado "Después vino otra parte el 4 de febrero de 1992", indicó Dávila. "Culminó prácticamente cuando ambas fuerzas, las populares y los militares insurgentes, llegaron al triunfo electoral de 1998", aseveró el maestro sobre el proceso que se ha venido consolidando "con la nueva Constitución Bolivariana". Admitió que del 4−F "no tuve referencia hasta cuando se presentó el comandante Chávez en sus declaraciones, reconociendo que en ese momento habían fracasado por ahora". "Cuando vi su prestancia y su actitud estuve pendiente, pues el movimiento político no había tenido un liderazgo y lo empezaba a tener", explicó el entrevistado, quien reconoció el impacto que causó la alocución del líder de la insurrección militar. El 4−F fue antes de Carnaval. Dávila recordó el impacto de esta insurgencia en el imaginario popular, ya que en las fiestas carnavalescas de ese año muchos niños se disfrazaron con el uniforme que usaron los militares patriotas. "Se ganó la simpatía del pueblo", agregó. "La integración es el principal objetivo de este proceso, como una continuación de la independencia de Bolívar y Sucre", acotó. "En esa época el imperialismo hizo que se abortara la idea de la unión en una sola nación", recordó, pero "somos una sola nación desde México hasta La Patagonia". Por ello es tan importante la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). EL PUEBLO HA DADO LA PAUTA José Antonio Dávila estimó que "desde el 27 de febrero (de 1989) el pueblo se adelantó a los procesos políticos sin liderazgo". El artista dijo que las masas "han señalado el camino". Por ejemplo, añadió, sabían lo que venía con el Puntofijismo. Y muestra de ello es la respuesta popular adversa que tuvo el triunfo de Rómulo Betancourt. "El pueblo se alzó en Caracas", recordó. "El movimiento popular fue muy intenso, en las salidas de los barrios habían instalados tanques de guerra y estaban tomados por el ejército", rememoró. Pero "el pueblo se quedó solo, sin una organización", estimó el entrevistado, con respecto al cambio ideológico que operó en los sectores populares debido al éxodo de los sectores campesinos a las ciudades. SECUESTRO DEL PODER "Para qué quería el Partido Comunista de Venezuela participar en ese tipo de gobierno", cuestionó el maestro José Antonio Dávila, en alusión a los momentos posteriores al 23 de enero de 1958. Recordó el entrevistado que llegó de Europa ese mismo día en un barco que atracó en el puerto de La Guaira, al cual se le impidió el desembarque hasta el día siguiente: "El movimiento revolucionario fue muy grande a la caída del Pérez Jiménez". "El partido que se organizó para la lucha era el PCV; los demás eran secundarios", dijo, sobre lo que observó en la agrupaciones populares de base asentadas en los cerros de Caracas. "Me imaginaba que había triunfado el movimiento", afirmó. "Pensé que iba a ser presidente el padre de Argimiro Gabaldón, el general; y que la junta patriótica la integrarían Guillermo García Ponce y Fabricio Ojeda". Pero no fue así. "Enseguida llegaron los líderes de AD, Copei y URD, que habían hecho el pacto de Nueva York", rememoró. Y "excluyeron al PCV". Lo demás es historia.


Correo del Orinoco

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