Creatividad, esfuerzo y entrega son las tres palabras que definen la trayectoria del barquisimetano Gustavo Adolfo Dudamel Ramírez destacado genio musical que ha entregado su vida a lo que catalogó como su pasión, la música clásica. Desde su infancia, se ha inclinado a dedicar cada segundo a esas bellas notas que reflejaba con su violín deleitando a los espectadores del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela. Su capacidad para componer diferentes tipos de melodías a tan corta edad era algo digno de admirar, sus padres sabían que su pequeño niño prodigio estaría destinando a cambiar el mundo de la música clásica y que sería reconocido más allá de la ciudad crepuscular.
¿Un incomprendido visionario? O ¿solo un soñador arriesgado? Como se considere a Gustavo Dudamel, no se puede negar que ha colocado la bandera venezolana en cada sitio que agita su batuta cual varita mágica, deleitando los oídos de los afortunados de escuchar esas inigualables notas, haciendo saber a las personas, desde Inglaterra a Alemania, desde presidentes a universidades prestigiosas que un Venezolano puede ser catalogado como los grandes músicos que marcaron grandes rasgos en la historia
Padre, hijo, esposo, amigo, profesional, artista y ante todo Venezolano, sin duda alguna ha dejado huella con sus grandes actuaciones alrededor del mundo, ha recibido un sin número de galardones que representan cada segundo que ha dedicado a cambiar la visión del mundo en cuanto a la música clásica y nos dio una gran lección a todos los venezolanos sobre que podemos destacarnos en cualquier ámbito, así no tengamos un antecedente solido en él, así creamos que nadie nos apoyará, podemos cambiar al mundo con tan solo un deseo, el deseo de llegar a ser alguien en esta vida.
Pedro Valera
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