La potencia de sus envíos está allí, la disposición está allí, pero el control brilla por su ausencia.
Si Carlos Zambrano quiere tener éxito con los Marlins de Miami, deberá despedirse pronto de los boletos, los cuales han sido sus principales acompañantes en la pretemporada.
El Toro encaró ayer a los Astros de Houston y por espacio de cuatro entradas concedió cuatro pasaportes y tres carreras limpias para colocar su efectividad en 5.09. En 17.2 episodios de labor en la primavera, el criollo acumula nada menos que 14 boletos.
Los Marlins esperaban que su control mejoraría con el pasar de los cotejos en spring training, pero en sus últimos 8.1 capítulos, 9 rivales ha dejado pasar la cuarta bola.
"Tengo que eliminar esos boletos, porque esos causan carreras", dijo el de Puerto Cabello a comienzo de mes, pero hasta ahora no ha podido. Aún así, Miami lo tiene pautado para ser el cuarto abridor de la rotación en la campaña, la cual comenzará la próxima semana.
Por otro lado, el manager Oswaldo Guillén descartó por el momento la posibilidad de colocar a Zambrano en otro puesto que no sea noveno bate. "No estoy diciendo que no lo voy a hacer, pero los jugadores de posición son mejores que los pitchers bateando. Prefiero que el pitcher se enfoque en lanzar, que para eso es que le pagan", explicó el estratega venezolano.
Zambrano es considerado uno de los mejores bateadores en lo que a pitchers respecta. Tiene 23 cuadrangulares con promedio vitalicio de .241. El año pasado, último con los Cachorros, bateó para .318 según el diario Miami Herald.
EU
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