Se cree que Gabriela Montero es la mejor pianista venezolana desde Teresa Carreño (1853-1917). El 20 de octubre de 2011, en Nuremberg, la genio de las improvisaciones estrenó su primera composición para piano y orquesta, titulada Ex Patria, cuya temática explicó claramente: “Es mi reacción personal y mi absoluta objeción a la violencia diaria y cívica, a la corrupción, expropiación, secuestros, robos y asesinatos, que han hecho de Venezuela uno de los países más peligrosos del mundo”.
En junio de este año decidió que el lenguaje musical no era suficiente para dejar claro el trasfondo de la obra y comenzó a trabajar en un documental para ser difundido en Youtube cerca de la fecha pautada para las elecciones presidenciales en el país. La artista cumplió y el video ya es difundido a través de Internet. “Venezuela nunca ha dejado de ser mi patria”, ha dicho la instrumentista, madre de dos hijas.
Lyl Tiempo, la profesora de Montero en sus primeros años de aprendizaje, se mudó a Europa en 1978, por lo que sus padres buscaron a alguien que pudiera tomar su lugar y concluyeron que la persona indicada estaba en Miami.
“Yo sufrí muchísimo al dejar Venezuela. El Gobierno venezolano me otorgó una beca de cinco años y al concluir ese lapso, en 1984, mi familia se vio obligada a regresar y yo permanecí allá (…) La vida del artista requiere que, por la agenda de conciertos internacionales, uno viva en el exterior y tenga fácil acceso a las principales ciudades de Estados Unidos y Europa.
Varias veces me he residenciado en Caracas. La última vez fue de 2003 a 2006, época en la que se derrumbó el viaducto y me tocó hacer el viaje a Maiquetía –por lo menos 50 veces– por el Ávila en un vehículo todo terreno. Logísticamente, fue casi imposible atender mis compromisos profesionales. Lo absurdo de esa situación fue una de las razones por las cuales decidí irme al extranjero. Aun así, mi más grande deseo es algún día regresar a mi país”.
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