La danza visual en las líneas del venezolano Carlos Cruz-Diez se vistieron de lujo en las casas Prada del mundo cuyas fachadas están desde esta semana inspiradas en las obras del maestro caraqueño de 89 años.
De ese nuevo éxito habló desde París, donde reside desde hace 60 años, y bromeó: “Todo el mundo conoce Prada pero no conocían a Cruz-Diez, y esa es una buena manera de divulgar mi trabajo”.
Sobre el hecho de que sus líneas sean utilizadas como estampados de papel, ropa, paredes en miles de copias, dijo despreocupado: “Siempre he dicho que el arte es de toda la gente, no solamente para estar colgado en una pared. Es para que lo disfrute el mundo y mientras más gente lo vea, mucho mejor”.
Sin duda, el artista comulga el arte para las masas, sin egoísmos. No duda en aceptar propuestas para dejar el sello de su geometría y color en movimiento en objetos y monumentos. Como muestra reciente de ello, recientemente inauguró una obra para la plaza del estadio de los Marlins de Florida, en Estados Unidos y estampó las butacas del Centro de Acción Social por la Música en Caracas, sede principal del “Sistema” de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela.
Por tanto, respeta sin complejos a quienes califican de “ornamental” el cinetismo: “Esa es una manera de pensar, una interpretación. Yo pienso que el cinetismo le dio otras salidas al arte, otras oportunidades de reflexión. Abrió y abre un mundo inmenso que estamos disfrutando todavía, porque muchas propuestas de hoy en día están inspiradas en nuestro trabajo. Todo lo que es interactivo, lo que llamamos ‘palpitativo’ que iniciamos desde las décadas de los 50 y 60, aún tiene vigencia y los jóvenes son los grandes admiradores de nuestro trabajo. Porque es un arte compartido, no contemplativo y pasivo. El artista hace una parte, el contemplador pone otra y completa la obra. No es para nada egoísta. Eso cambió el panorama del arte”.
Sobre el peligro de convertirse en una moda dice: “A Picasso lo han copiado, han masacrado sus obras clásicas. Con Boticelli hacen hasta paraguas. Es inevitable. Porque la gente se apropia. Es como las canciones, los poemas, la gente los canta y recita hasta al cansancio, quedan en el habla, hasta como refranes. Porque el arte es de ellos”.
PANORAMA
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