" Amaneció de golpe' fue ficción con elementos de documental. Ahora será al revés. Hay mucha presión por un documental que debería tener por lo menos un año de realización".
Carlos Azpúrua empieza a hablar sin esperar preguntas: "He dado más entrevistas por este documental que por todas las otras películas que he hecho". El cineasta venezolano, que fue elegido por el presidente Chávez para realizar una cinta sobre el 4 de febrero de 1992, volvió tras las cámaras para revivir aquel golpe de Estado.
El director de filmes como Disparen a matar sólo tuvo mes y medio para realizarlo. Debe entregarlo para conmemorar los 20 años de los hechos. Y aún no lo termina. Jornadas largas de trabajo, lucha contra el tiempo, expectativas, entrevistas. "Eso da una idea de la importancia que genera una fecha histórica en nuestro país", dijo el autor de Amaneció de golpe, un largometraje de ficción en el que ya recreó la época. Ahora, creará otra versión.
-¿La idea de hacer el documental surge por la petición del presidente Chávez o hay algo más que le motiva?
-Petición no, sugerencia. El Presidente de alguna manera sugirió hacer un trabajo sobre el 4 de febrero. Eso, por supuesto, encendió la pradera. Ya hay otros documentales que se hacen paralelos al mío. Es una coyuntura particular, imagínate la cantidad de versiones que va a haber. Y es extraordinario, por lo que significa esa fecha como punto de quiebre en la historia política de Venezuela. Eso es una motivación.
-Ya usted tocó el tema en Amaneció de golpe. ¿Qué cosas cambiará ahora?
-El 4 de febrero yo no lo narro desde el golpe. El golpe es la circunstancia que vive una serie de individuos en un momento límite, como la posibilidad de un cambio político. Ahora, a 20 años, podemos tener una visión mucho mayor.Amaneció de golpe la hice en ficción, desde una perspectiva coral, integrando elementos del documental. Aquí haré un documental con elementos de ficción. Imágenes históricas se mezclarán con testimonios, por aquello de que el cine también se convierte en antropología.
-¿Qué referencias históricas tomó para el filme?
-Yo siempre he sido un cineasta político. Además de la búsqueda estética, mis temas han sido polémicos. Uno de los grandes dilemas está en que nosotros podamos lograr piezas que no se queden sólo en el panfleto, sino que tengan una percepción sensible y una estructura dramatúrgica efectiva. Eso sí, siempre desde una óptica que tiene carga política, de compromiso o de denuncia. He sido testigo de una época.
-¿Su documental será una apología al oficialismo o tendrá partes autocríticas?
-Yo he intentado entrevistar a muchísimos sectores de la oposición. Y no han querido. El único fue Eduardo Fernández, que será tratado con todo respeto. Mi acercamiento a esta película es autoral, a mí nadie me ha dicho que quite o ponga algo. Todo estará hecho al libre albedrío de la creación. Me genera angustia y placer. Placer, por conocer lo que ha acontecido, y angustia, por hacer una película de esta complejidad. Yo quiero rescatar la emoción que un pueblo sintió el 4 de febrero de 1992.
-¿Qué visión de los hechos mostrará? ¿Qué tocará?
-Este documental tiene una serie de perspectivas interesantes. Te voy a dar tips. Mostraré cómo esa rebelión tiene una relación profunda con todas las luchas libertadoras de nuestro país. Cómo ese movimiento insurreccional se alimenta de la guerrilla de los años 60 y 70. Cómo se fue orquestando todo ese proceso de rebelión o golpe hasta llegar al 4 de febrero.
-Ya había dicho que quería entrevistar a Chávez ¿Pudo hablar con él? ¿Qué dijo?
-Ya eso está casi listo. Viene bien. El Presidente ha estado muy complicado. Sólo faltan tres cosas: él, José Vicente Rangel y Diosdado Cabello. Tengo unos días para terminarlo.
-¿Y qué otros testimonios tendrá el documental?
-Tengo cosas inéditas. La guerrilla de Douglas Bravo. Rafael Uzcátegui, Algimiro Gabaldón. Materiales que trabajo. La película da para eso. Aunque aún no le pongo nombre. Tengo relatos de mujeres que arriesgaron su vida para salvar a estudiantes. Y así, más.
-¿Su espectador ideal sería el presidente Chávez?
-Sí. No tengo dudas.
-¿45 minutos son suficientes para contar esto?
-No. No sé cuánto va a durar. Ella va a dar lo que deba dar. Eso es como tener una novia. En todo caso es un acto de amor, de reflexión. Lo importante es que lo que hagas sea efectivo. Lo mínimo será 45 minutos. Lo máximo, una hora y 10. Ella es como un papagayo que va encontrando aire y forma. Ahora toca lo más rudo: editar.
-La Villa del Cine dijo que el filme tiene un presupuesto de Bs.800 mil. ¿Qué se hace con eso en un mes?
-Es poco. Lo que pasa es que todo el grupo que trabaja somos personas comprometidas con este proceso. Estamos pelando una pepa de aguacate. Pero yo siempre trabajo con pocos equipos, unidades pequeñas.
-¿Y después del 4 de febrero, qué? ¿Dónde se proyectará este documental?
-No me preguntes eso ahorita. Puede ser ampliado. A lo mejor tiramos copias desde un avión para toda Caracas (risas). Lo importante es hacerlo.
-Dicen que arte marcado por el tiempo no perdura...
-Es poca la obra de arte que logra trascender. Ese es un problema que no me planteo. Si te pasas la vida tratando de hacer una obra de arte, al final tomas una frustración. Un artista sólo debe ser honesto consigo mismo y creer en lo que hace. Yo, como cineasta, soy producto de (Jesús Enrique) Guédez. Me enseñó a ver las ciudades desde los barrios, la miserias al lado de los pozos petroleros. Y por eso planteo ese cine social.
-En algún momento usted dijo que su cine le da la palabra a aquellas personas que nunca la han tenido...
-Sí.
-¿Y el presidente Chávez no la ha tenido suficiente?
-Chávez la ha tenido suficiente... Ahora, hay cantidades de individuos, de soldados, cientos de civiles, que no la han tenido. Y eso se va a mostrar ahí. Esa palabra de esos seres que participaron en el proceso.
-¿La historia se debe reconstruir desde la intimidad de sus protagonistas?
-Es que desde ahí es que se tiene que mostrar. Hay muchos héroes anónimos que están en todo ese proceso, unos públicos y otros no públicos. En todo caso, ojalá que Dios me de la sabiduría para mostrar todas las percepciones que quiero. Si no, puede venir otra versión. Yo me siento complacido, pero hay mucha presión por un documental que debería tener por lo menos un año de realización. Y lo hago en un mes y 15 días. Verdugo no pide perdón.
-¿Qué representa esta cinta para su filmografía?
-Una película ligada al cine histórico. Yo a todas mis películas las adoro. Una puede haber quedado mejor que otra, pero todas son mis emociones. Esto es una nueva emoción. Lo que me gané fue una hipertensión por cómo surgió todo.
-Otro tema: usted mostró su preocupación en un documento por una medida del Cnac de darle financiamiento a productores. ¿Qué es lo que le inquieta de ello?
-Me inquieta que se cartelice el sector. Me inquieta que no se cree una red de exhibición. Aún no ha llegado la revolución a eso. Me inquietan los criterios de selección. Cómo mides tú la efectividad de un director si no es por su gran trayectoria. Y me preocupa cierto ventajismo de algunos de los sectores.
-Mencionó la distribución. Ese es un eterno problema que discute el gremio
-Es que la industria le pertenece a la empresa privada. Tenemos 95% de cine americano en las salas comerciales. El control de las salas cinematográficas está en la derecha de este país (... ) No hemos logrado una red de distribución que toque la médula que hay en el cine. Debemos consumir otro cine: chino, argelí, independiente, una programación que sea variada. Como se ha acabado el cine de plazas, nos queda ir a centros comerciales que tienen 10 salas. Qué importa que nos den una sola para esos cines.
EU
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