Eduardo Sánchez Rugeles crea historias que tienen música. Ya el escritor venezolano dijo que, de su primera novela, posee una melodía imaginaria que silba en ocasiones. Ahora, con la publicación de Liubliana, fue más allá: incluyó un soundtrack de 12 temas originales compuestos por Álvaro Paiva.
El narrador explicó en su último libro que, en el Festival de la Lectura Chacao 2011, le propuso el proyecto al músico, que cobró vida la noche del sábado, en la Sala Cabrujas, con un encuentro literario-musical que alternó lecturas de fragmentos de la obra con interpretación de algunas piezas.
Willy McKey abrió la primera función (asistió tanta gente que tuvieron que habilitar una segunda). El poeta leyó el preludio de la novela, que fue seguido por El puente de los dragones, tocado por un ensamble instrumental integrado por músicos de la Orquesta Simón Bolívar y la Movida Acústica Urbana (Jorge Torres, Eric Chacón, Manuel Rangel, Pedro Carrero, Edward Ramírez y César Natera, entre otros).
Samantha Dagnino continuó el show. La actriz recordó la Santa Mónica de los años 90, que también es otro de los protagonistas de la historia. Así, Rodrigo Michelangeli, Rafael Pérez Medina, Armando Áñez, Camila Di Marzo, DJ Torkins y Nana Cadavieco pasaron por el escenario. Cada uno leyó su parte, acompañado de sus respectivos temas musicales.
A un lado, Sánchez Rugeles observaba todo. Fue el escritor quien le dio las pautas al músico para la composición. "El proceso fue sencillo: él me decía, por ejemplo, que para el tema de amor quería algo como Ennio Morricone enCinema paradiso. Eso ayudó. Yo sólo capturé la esencia de la estética de Eduardo, la forma desgarradora de escribir, cruda, contemporánea", contó Paiva Bimbo, que se leyó las tres novelas del narrador caraqueño antes de dedicarse a crear el disco.
Al también guitarrista le gustó la propuesta desde el principio. "Es algo que no se había hecho. El único antecedente es el libro de Laura Esquivel (La ley del amor) que vino con canciones que ya existían. Esto es algo inédito. Además, la escritura de Eduardo es musical. También tiene muchas referencias. Si el libro no incluyera el soundtrack, uno mismo se imaginaría una melodía al leerlo", concluyó el compositor, que dirigió el evento el pasado sábado. Quedó claro: la literatura también tiene ritmo.
EU
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