Mientras el seleccionador nacional César Farías presentaba su balance al mando de la selección en la rueda de prensa realizada hace varios días atrás, alguno de los periodistas presentes intentó averiguar el porqué la Vinotinto jugará el miércoles de la semana que viene contra un rival poco conocido como lo es Moldavia.
"Moldavia es un rival cómodo, que se ajusta a las necesidades de lo que queremos para ese partido. Nosotros queríamos recrear la situación de tener un partido de local, en la que tengamos que llevar el peso y proponer. Además, no hay que dejarse llevar por su puesto en el ranking FIFA.
Este equipo es de jugadores grandotes (sic), de mucha reciedumbre física, típica de los equipos de Europa, por lo que considero que nos vendrá muy bien", explicó en su momento el técnico de la Vinotinto.
Y para recrear un choque en estas condiciones, en casa y con todo lo que implica, Farías comenzó a preparar el cotejo contra Moldavia como si se hubiese adelantado en el tiempo y el del miércoles fuese el cotejo contra Chile.
El equipo que va perfilando el seleccionador nacional muestra las características del típico once con el que la Vinotinto encara sus partidos de local. Un 4-4-2, con dos medios de marca y dos ofensivos, y dos delanteros que caen, uno por el centro y otro más retrasado que puede entrar por los costados.
Viejos conocidos. En primera instancia, para el DT la línea en la que hay menos dudas en es en la defensa. Sin Rolf Feltscher y sin Roberto Rosales, que ayer aún estaban por incorporarse al equipo, la selección trabajó con una zaga muy similar a la que marcó tan altos registros en la Copa América Argentina 2011.
Leo Morales fue el arquero, Carlos Rivero estuvo en el lateral derecho, posición que podría cambiar con la incorporación de Feltscher o Rosales, Oswaldo Vizcarrondo y Grenddy Perozo fueron los centrales, en tanto que Gabriel Cichero se aventajó en su pulso por el lateral izquierdo a Rubert Quijada, que pidió permiso al cuerpo técnico para viajar a Maturín para jugar el partido del Monagas por la Pre-Sudamericana contra Petare.
En la delantera, Mario Rondón hizo pareja con Nicolás Fedor, con el ariete del Nacional cómo segunda punta, y Miku como el ariete de área; aunque habrá que esperar a ver cómo se ajusta esta línea ante el arribo de José Salomón Rondón a Puerto La Cruz.
El sector en el que aún existe más espacio para modificar es el mediocampo. En esta zona, el director trabajó con dos recuperadores, Giacomo Di Giorgi y Tomás Rincón, dejando más suelto al tachirense para darle salida al equipo, Luis Manuel Seijas cayó por el costado izquierdo y Edgar Pérez Greco entró como centrocampista por la derecha. Sin embargo, la llegada de Juan Arango seguramente modificará la idea del seleccionador nacional.
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