Francia abre dos exposiones sobre Francisco de Miranda

miércoles, 8 de febrero de 2012


La Maison de l'Amerique Latine descubre a partir de hoy en París la vida, las ideas y las batallas político-militares de Francisco de Miranda, precursor de las independencias latinoamericanas, con sendas exposiciones sobre su figura y sobre la idea de viaje. 

Titulada Voyage voyage. Un art contemporain déboussolé reúne obra de dieciséis artistas de diferentes países, entre ellos Fernando Prats, Shingo Yoshida, Leyla Cárdenas, Suwon Lee y Alexander Ponomarev. 

El tema del viaje fue elegido por su capacidad para "sintetizar preocupaciones personales, políticas, geográficas e históricas", como un objeto en sí mismo, ya que en él puede "encontrarse lo que no se busca", dijo a Efe la comisaria, Albertine de Galbert. 

Una manera paralela de homenajear a Miranda, quien no llegó a lograr en vida la independencia de Hispanoamérica por la que tanto luchó y viajó. 

La otra exposición, Sur les pas de Miranda (1750-1816). Feuille de route, se concentra exclusivamente en la figura de este militar, erudito, músico e ideólogo nacido en Caracas y muerto en la prisión de Cádiz (España). 

La exploración de los 73 volúmenes de Colombeia, su diario personal, inspiró el guión de esta muestra, que desde mañana podrá descubrirse también por internet. 

El monumental diario, dado por perdido durante un siglo hasta que a principios del siglo XX fue redescubierto en el Reino Unido, forma hoy parte de los archivos de la Memoria de la Humanidad de la UNESCO. 

"Sur le pas de Miranda" aspira a descubrir su contenido y con él "el legado y la vida extraordinaria" de esa personalidad tan emblemática para futuros libertadores como Simón Bolívar, José de San Martín y Bernardo O'Higgins, destacó la comisaria, Claudia Navas-Courbon. 

Miranda "recorrió Europa en busca de un gobierno mejor y más equitativo de lo que él había conocido en Caracas como adolescente". Fue "la primera persona que intentó liberar Hispanoamérica", resaltó. 

Humanista neoclásico y romántico a la vez, considerado uno de los hispanoamericanos más universales y atípicos de su época, Miranda es, sin embargo, muy poco conocido, según Navas-Courbon. 

La comisaria recordó que este precursor de las independencias hispanoamericanas llegó a España como soldado, a los 22 años, en el ejército de la Princesa y luego a Cuba, con el batallón de Aragón. 

Su curiosidad innata le llevó a leer a filósofos e ideólogos como Voltaire, Rousseau y Locke y a comenzar a desarrollar "un pensamiento bastante independiente respecto a lo que España estaba enseñando en las colonias", señaló. 

Había venido "a servir al rey, a su patria, pero poco a poco, en 13 años, vivió una transformación paulatina" que culminó, recordó, con su participación en América del Norte para liberar a las trece colonias estadounidenses, aliadas con España contra Inglaterra. 

Allí, al ver a la gente nativa de otras culturas diferentes a las que había visto en Caracas, al ver con otros ojos lo que era la esclavitud, "se produjo el detonante" y en 1783, acusado de "leer autores prohibidos por el Tribunal de la Inquisición y por la Corte española, se pasó "al otro bando". 

También le empujó a ello el haber sido acusado de contrabando en las Bahamas, caso que "nunca se resolvió", explicó la comisaria. 

Hay que saber, resaltó, que Miranda, persona con múltiples talentos, había recibido en Caracas una educación exquisita y hablaba siete idiomas, incluidos el griego y el latín. 

Había conocido a muchos de los líderes de la Revolución Americana y forjado planes para liberar América Central y del Sur de la dominación española; pidió audiencia con Carlos III para demostrarle su inocencia y recibió autorización para viajar. 

Huyó, no obstante, a Londres, en busca de ayuda para sus planes de crear un imperio independiente desde el Misisipi hasta el Cabo de Hornos, retrasados por la Revolución francesa, en la que sirvió como general hasta su encarcelamiento, acusado de traición. 

Tras ser absuelto viajó de nuevo a Londres, desde donde siguió liderando conspiraciones contra España. 

Bolívar, a quien conoció allí en 1810, ya comenzada la Revolución en América del Sur, le persuadió para volver como general a Venezuela, donde terminó firmando un armisticio con España, en 1812. 

Su rendición fue considerada una traición por el libertador, que permitió su detención y traslado a España a los 62 años, cuatro antes de que muriese en su celda, de la que se muestran ahora en París sendas reproducciones, reseñó Efe.



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